Fecha: 6 julio, 2020 Por: Claudia Carrillo Comentarios: 0

La miel española acaba de recibir nuevas pautas relativas a la normativa que regula la calidad a la miel. Con este nuevo decreto, “deberán mencionarse en la etiqueta el país o los países de origen en los que la miel y, en su caso, sus mezclas hayan sido recolectadas”.

Los proveedores de miel tendrán que ahora retener dentro de sus sistemas de control interno, las pruebas necesarias que demuestren el origen de las mieles que comercializan.

Esta nueva modificación representa un avance dentro del objetivo que es brindar más información acerca del origen de este alimento.  Hasta ahora, la norma vigente establecía que el etiquetado de las mieles sólo debía establecer, en el caso de productos que son mezclas de mieles provenientes desde fuera de Europa, un texto indicando que se trataba de una mezcla de mieles originadas y no originadas en la UE.

Esta información se hacía insuficiente y se prestaba para engañar de manera maliciosa a los consumidores e incumplía los reglamentos que buscan ayudar a los compradores a entender mejor la procedencia de los alimentos que consumen.

La miel, principal víctima de fraudes alimenticios

Los fraudes alimenticios generan grandes pérdidas a la industria equivalentes a 40 millones de euros todos los años y la miel, ha sido identificada por la Interpol como uno de los productos más adulterados y propensos a fraude.

La revisión a la legislación vigente hecha por el Estado español, apunta a ayudar y proteger a los consumidores con estas nuevas exigencias pero los apicultores y productores de miel españoles señalan que no es suficiente.

Para empezar, el alcance de la nueva norma es limitado. Esto en vista de que sólo afectará a las mieles envasadas en España. Las mieles procedentes de empresas ubicadas en otros países de la Unión Europea o de Turquía seguirán comercializándose en conformidad a las legislaciones del país de procedencia.

Esto implica que muchas mieles que se distribuyen en España, muy comunes en las grandes cadenas de supermercados, podrán seguir las normas de etiquetado vigentes en sus países de origen que sólo indica que es una “mezcla de mieles originarias y no originarias de la UE.”

Además, también indican que no hay un etiquetado por orden decreciente en relación al porcentaje del contenido en mieles mezcladas. Esto era un reclamo muy importante del sector, ya que una miel que puede ser en más de 90% originaria de (por ejemplo) China y aun así venderse como mezcla de Miel de España y China. Esto se podría prestar a crear confusión al resultar difícil para los consumidores determinar el origen real de la miel que están comprando.

Se espera que los efectos del real decreto se empiecen a sentir dentro de los próximos dos años, puesto que los productos que fueron envasados o etiquetados antes de que entre en vigor este decreto (lo que ocurrirá en los próximos seis meses) podrán seguirse comercializando durante los próximos 18 meses.

Las personas quieren entender importantes detalles sobre la comida que consumen

Los apicultores estaban muy esperanzados con este decreto que prometía solucionar los principales problemas de comercialización y precios que afectan al sector. Lamentablemente, al parecer, el texto publicado se ha quedado corto.

Desde la perspectiva de los apicultores, si se desea que mejoren los precios y el alcance comercial de las mieles españolas, debe apuntar hacia una clara diferenciación de sus productos y la promoción de las mieles autóctonas.

España es el hogar de unos 33.000 apicultores que supervisan tres millones de colonias de abejas, que representan casi el 20% de todas las colmenas que hay dentro de la Unión Europea. Convirtiéndolos en el país con más colmenas en Europa seguidos de lejos por Francia, donde tienen poco más de la mitad del número de España.

El caso de España es muy similar al de Canadá, puesto un país productor de miel que exporta gran parte de su producción de miel (23 millones de los 30 millones de kilos producidos anualmente) a otros países y al mismo tiempo importa casi 27 millones de kilos para el consumo interno desde lugares tan diversos como China (de donde proviene la mayoría), Portugal e inclusive Uruguay, de acuerdo a datos oficiales.

Fuente: Prensa Asociación Malagueña de Apicultores