
La mayoría de los productores de miel chilenos se caracterizan por ser operaciones de escala reducida y con pocos empleados. Pero poco a poco, se han ido convirtiendo en empresas con una producción importante a muy buen precio. Esto ha incentivado a varios a exportar y muchos otros están decididos en convertir a la miel chilena en una marca con proyección internacional.
En esta segunda parte de este reportaje exploraremos otros esfuerzos que se están realizando a lo largo y ancho de toda la geografía chilena para convertir a Chile en un importante productor global de miel.
La Asociatividad no solamente es importante, sino que es crucial

La asociatividad es la clave para el crecimiento de cualquier sector. Puesto que sirven como plataformas para que puedan crecer los pequeños productores que tienen el mismo propósito.
Las asociaciones permiten que diversos talentos y fortalezas estén juntos en un solo lugar. La asociatividad en el mundo apícola ha demostrado que se pueden alcanzar metas y lograr grandes progresos en poco tiempo. La fuerza de los números no puede ser subestimada.
En la Región de Ñuble, la Cooperativa de Energía Eléctrica de Chillán (Copelec) cuenta con alrededor de 50 mil miembros, de los cuales buena parte son agricultores, y hace cinco años iniciaron un programa para brindar apoyo a los apicultores de la región. Esto con el propósito de mejorar la calidad de sus mieles y prepararlas para la exportación.
En la actualidad, Copoelec cuenta con una sala de cosecha comunitaria. Este lugar sirve para prestar servicios y también actúa como intermediario en el proceso de comercialización, puesto que facilitan un espacio para que se junten varios apicultores y ofrecer los mejores precios. El próximo año piensan avanzar hacia la exportación directa.
“Tenemos todo habilitado para exportar, pero tenemos que llegar a acuerdo con las exportadoras, porque el objetivo es que los apicultores accedan a mejores precios y a futuro llegar a enviar nuestra miel fraccionada, con un sello regional”, afirma Marcela Ledesma, encargada de fomento productivo de Copelec y secretaria de la mesa apícola de Ñuble.
El gerente general de Copelec, Patricio Lagos, destaca que: “Además del servicio de cosecha, les entregamos asistencia técnica y algunas líneas de crédito para comprar los productos que vendemos en nuestras ferreterías. Queremos darles las facilidades para seguir en esto, para agregar valor a la producción y acceder a mercados que puedan pagar lo que realmente vale la miel chilena.”
Elaboración y desarrollo de nuevos productos

Las abejas y sus servicios de polinización contribuyen a mantener un equilibrio biológico en el mundo natural y permiten que varias especies de plantas y animales, incluyendo a los seres humanos, puedan prosperar.
También nos brindan una serie de productos que ofrecen oportunidades atractivas para los productores de miel chilenos en el contexto internacional (sobre todo en el área cosmética). Por supuesto, el desarrollo de nuevos productos siempre implica de un arduo trabajo científico que puede durar años.
Por suerte, ya hay empresas del sector que han trabajado en este aspecto desde hace más de una década. Como es el caso del Consorcio Apícola de Valdivia, quienes lanzaron hace una línea de productos para combatir el acné y fabricados a partir de miel de ulmo.
Esto se pudo lograr luego de una extensa investigación que detectó que tipo de miel en específico combatía con mayor eficacia a las bacterias que generan esta enfermedad de la piel.
“En el caso del desarrollo de estos productos, la miel se transforma en una materia prima o ingrediente que es atractivo de acuerdo a los atributos que tiene para un uso específico. Por ejemplo, algunas mieles a concentraciones muy bajas son capaces de inhibir bacterias muy agresivas, por lo que son muy potentes como desinfectantes o cicatrizantes, y por ese lado tenemos capacidades para competir a nivel global”, plantea Paulina Cáceres, gerente del Consorcio Apícola.
En el caso de los cosméticos, es importante el respaldo científico para demostrar sus propiedades funcionales, más allá del formato o la presentación del producto.
“La dermocosmética y los alimentos son mercados que incluso en épocas de contracción, como esta, no decaen. Cuando un alimento puede estimular el sistema inmune o fortalece la salud frente a enfermedades respiratorias, el potencial existe y las oportunidades siguen abiertas”, proyecta Paulina Cáceres.
Un futuro promisorio para la miel chilena
El aislamiento natural de Chile lo hace una “isla higiénica,” ya que está protegido por las Cordillera de los Andes, el Océano Pacifico, el Desierto de Atacama y los hielos polares de la Patagonia. Esta geografía crea las condiciones ideales para los altos estándares fitosanitarios que pueden lograrse en Chile.
Además, debido a su peculiar geografía, la cual coloca a Chile como uno de los países más largos del mundo con 4.300 km de costas, Chile tiene 17 climas distintos y 250 tipos de miel, con características muy diversas dependiendo de su ubicación.
Solo queda que se apoyen los esfuerzos por parte de todos los involucrados para que la miel chilena pueda convertirse en un producto global y que otros productores apícolas de Latinoamérica se encaminen a emular su éxito.
Fuente: El Mercurio